La pandemia y la transformación de la empresa familiar

La transformación de la Empresa Familiar es un proceso necesario no solo para su sobrevivencia sino para su trascendencia, pues es el resultado de la visión compartida entre las generaciones.

Si analizamos el fenómeno de la Pandemia en el contexto de la transformación de las empresas familiares, hay que señalar simplemente que ésta, la Pandemia, está siendo un acelerador de dicha transformación. El virus ha sido un detonante de una súbita y disruptiva transformación.

Si había una resistencia de la primera generación hacia los cambios de fondo en la empresa familiar y de la siguiente generación un gran respeto hacia lo construido, la Pandemia ha venido a cimbrar el piso que sentíamos tan firme y tan estable, en cualquier etapa en la cual se encontrara el negocio familiar: despegue, consolidación, madurez, declinación. La revolución que se está viviendo en todos los ámbitos, obliga a las empresas familiares a la adopción de las nuevas tecnologías, la experimentación de nuevos esquemas, modelos de negocio, nuevos mercados, nuevos productos, e incluso cambiar completamente de giro.

Habíamos aprendido a implementar buenas prácticas en negocio familiar, a explorar nuevos mercados, a desarrollar estrategias para crecer y ser más rentables, pero nunca antes un fenómeno externo reciente, tan impactante como la Pandemia, había cimbrado hasta los cimientos mismos de nuestra empresa familiar, tanto para las que no se han visto afectadas en sus ingresos como las que sí, porque todas están viviendo cambios profundos en las relaciones comerciales tradicionales.

¿Qué ha mantenido a las empresas familiares intergeneracionales por tantos años, a pesar de las guerras mundiales, a pesar de las crisis financieras, los desastres naturales, a pesar de las pandemias del pasado? FORD, TEQUILA CUERVO, VOLKSWAGEN (Familia Porsche), FERRERO ROCHE, GRUPO BIMBO, por mencionar algunas: El amor al legado, es decir, la sólida convicción de que lo que se ha construido como empresa familiar, su esencia, sus valores, los esfuerzos de los antepasados para sobrevivir, esos lazos sólidos, no se destruyen ante tempestades externas, están en la esencia de la familia empresaria.

Pero sí, el fenómeno de la Pandemia ha acelerado los cambios, está redefiniendo las nuevas necesidades de los mercados, está reconfigurando el escenario geopolítico, está llevándonos a un panorama económico y social lleno de retos, está cambiando al ser humano. La empresa familiar sólida, la que se finca en valores, unión, amor y reconocimiento a los legados recibidos, tendrá que estar atenta en cómo deberá reinventarse.

Ahora más que nunca se necesita de todas las generaciones involucradas: los viejos sabios que han pasado tantas crisis y son expertos en resiliencia, los hijos que han aportado sus mejoras a la empresa familiar, pero siempre respetando el modelo heredado, que no se han atrevido cambiar drásticamente, que combinan la prudencia con la cauta innovación, y a las generaciones más jóvenes que entienden la versatilidad del mundo actual, y están ávidas de revolucionar la empresa familiar, porque  entienden perfectamente las nuevas realidades, en las que el cliente, el mercado y el producto están tan solo a un click. Ahora es el momento de replantear el futuro, ahora es el momento de una Planeación Emergente.

Es en estas difíciles circunstancias cuando el Consejo Familiar deberá dejar afuera de la sala de Consejo sus diferencias y concentrarse en las coincidencias. Es aquí en donde se deberá hacer el recuento de los impactos (buenos o malos) de la crisis y partir hacia una nueva realidad. Nunca antes fue tan importante mantener a la familia empresaria unida.